Foto por Santiago Cabezón

Apnea: sumergirse para conocer los tesoros del Mar Patagónico

8 de julio de 2024 · Proyecto Patagonia Azul

Es una de las actividades más antiguas que practica el ser humano, trae enormes beneficios para la salud y requiere de pocos insumos para realizarse. Además, es una forma para conocer en profundidad las bellezas del Mar Patagónico.

Si pensamos en la Patagonia, probablemente surjan una serie de postales de montañas, bosques, la inmensidad de la estepa y acantilados escarpados que se hunden en el mar.

Y hay algo más: un lugar que permanece oculto y que para conocerlo es necesario  sumergirse, adentrarse en lo desconocido, dejarse llevar por el vaivén de la marea y explorar: el mar de la Patagonia.

«La parte más linda de la Patagonia la tenemos bajo el agua» asegura sin titubear Alejandro Andrés, creador de Patagonia Freediving, una empresa madrynense dedicada a la enseñanza de buceo libre. Y es alguien que conoce de lo que habla: nadador federado y buzo profesional, desde hace más de veinte años se dedica a hacer apnea.

Foto por Horacio Barbieri

¿Qué es la apnea?

Es bucear sin equipos conteniendo la respiración. Alejandro asegura que es «una de las prácticas más antiguas de la humanidad. Antes se hacía para obtener alimento, luego mayormente con fines tácticos y actualmente se practica, en general, de forma recreativa».

Es una actividad que no requiere de muchos recursos. «Un traje de neoprene, máscara, aletas y snorkel es lo mínimo indispensable para poder practicar apena, y lo puede hacer casi cualquier persona. No está orientada a la competencia sino más bien al puro disfrute». 

La apnea también invita a conectar con la naturaleza. «La gente busca conocer cómo es el fondo del mar, tomar fotos subacuáticas, disfrutar del entorno y relajarse; sentir la paz que te abraza», dice Alejandro. Más aun, genera importantes beneficios para la salud de aquellos que la practican: «…provoca cambios fisiológicos significativos en nuestro cuerpo, como bradicardia, vasoconstricción periférica —estrechamiento de los vasos sanguíneos— y modificaciones en el tamaño del bazo, que lo ponen a funcionar y lo mantienen más joven», explicó el instructor.

Y agregó: «Además, hay muchas incidencias positivas en lo psicológico y emocional por los métodos y técnicas de respiración que se utilizan. Se está en un ambiente natural y se trabaja mucho sobre el sistema parasimpático, lo que nos lleva a estar todo el tiempo relajados».

Apnea en Camarones: conociendo las bellezas profundas

La potencia paisajística de Camarones está a la vista. El pueblo, sus playas, el ecosistema que lo acoge y la esencia misma de la Patagonia se evidencian tan solo con caminar por sus calles. Y con la práctica de la apnea se suma todo aquello que no se ve a simple vista, el mundo prístino que subyace bajo el agua.

Ahí se abre otro portal que lleva a un mundo hermoso y desconocido. «Camarones es un lugar ideal para practicar apnea, sin duda uno de los mejores de Argentina», asegura Alejandro Andrés.

«Hay sectores con pozones que tienen mucha vida dentro. Hermosísimos paisajes subacuáticos. Los bosques de algas generan postales increíbles. Se puede encontrar una gran cantidad de fauna marina: estrellas de mar, cangrejos, pulpos, caracoles, todo tipo de peces. El acceso es muy sencillo; no hay que navegar y tiene sectores protegidos de las inclemencias. Es un lugar muy poco invadido por los humanos y con cientos de kilómetros de playas y de costas para recorrer».

Otra de las razones que hace única a la práctica de apnea es la conexión que genera entre los vecinos y el lugar donde viven. «Empezamos con las clases de apnea en Camarones junto con el equipo del proyecto Patagonia Azul. El objetivo es lograr que la gente conozca el lugar donde vive en profundidad (¡literalmente!)».

Basado en su experiencia, Alejandro considera que «en general las personas no conocen lo que hay debajo del mar y para la conservación creo que es muy importante, porque uno no cuida lo que no conoce».

Foto por Santiago Cabezón

Formación profesional para vecinos

Los primeros cursos de apnea en Camarones comenzaron con una propuesta básica de dos días. Luego se ofreció a los participantes interesados prepararse para adquirir la formación necesaria para obtener un nivel de certificación mundial. 

«Los grupos son de ocho personas, muy heterogéneos y muy lindos. Todos los participantes tienen con muchas ganas de aprender, y eso nos entusiasma. Creo que esta actividad puede ser, además, una gran herramienta para la comunidad de Camarones, porque representa una salida laboral si se lo mira desde el turismo de observación de fauna», concluyó Alejandro Andrés.

Un joven con ganas

Juan Garavales tiene veinte años y vive en Camarones desde muy pequeño. Pertenece al grupo que continúa con las prácticas de apnea para conseguir la certificación internacional.

«Tuve la oportunidad de hacer el curso y estoy muy contento. Soy de una familia de pescadores artesanales y practicar apnea me sirve mucho para ayudar en las actividades familiares», cuenta.

La propuesta es diferente, dinámica y atrapante. Engancha mucho a los más chicos. «Las prácticas estuvieron muy buenas. Después de unos ejercicios llegué a contener la respiración durante más de tres minutos. Es algo que nunca creí que podría lograr».

Juan quiere ir más allá. No solo busca colaborar con el trabajo de su familia; también tiene un claro objetivo personal asociado a sus pasiones: “Con la práctica de apnea apunto a mostrar imágenes de lo que hay debajo del mar. Mi objetivo es sacar fotos y hacer videos para que la gente conozca lo lindo que es y pueda conocer y cuidar nuestro mar».

Sobre el Proyecto Patagonia Azul
Situado en el litoral de la provincia de Chubut, en un punto clave de diversidad biológica del Mar Argentino, en el Proyecto Patagonia Azul trabajamos para ampliar la protección y trabajar en la restauración de los ecosistemas marinos, e impulsar una nueva economía local a través del turismo marino y la producción regenerativa.

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