Crecí entre cacerolas humeantes y una vieja estufa a leña. Mi madre nos daba a mí y a mis hermanas algas que recolectaba de la costa que comíamos como si fueran chicles. Mi padre era también un amante de la gastronomía: tuvo un restaurante familiar llamado La Flecha de Oro y recuerdo los almuerzos con él como si hubieran pasado ayer. En la calidez de la cocina nació mi pasión por la comida. Pero fue con el tiempo que empecé a conectar los sabores con el mar, y a entender que mi amor por ambos elementos podía convertirse en algo más que una pasión personal.

A-MAR es mi emprendimiento gastronómico. Mi objetivo es transportar al cliente, en cada plato, a una experiencia única que lo acerque al mar. Algunos buscan acercarse al mar mediante videos, fotos, libros; yo lo hago a través de la comida.

El proyecto se hizo realidad luego de haber escuchado una charla sobre algas marinas y sus usos. Se me abrió una puerta de nuevas posibilidades y empecé a investigar cómo podía crear un producto a base de un alimento natural sin usar agua potable ni químicos. Comencé a probar recetas elaboradas con productos locales y frescos, buscando sabores auténticos, y llegué al escabeche de undaria, un alga exótica que se encuentra en este lugar.

Como mi misión principal es cuidar y preservar el ambiente marino, la cosecha de algas que uso en mis recetas es artesanal. Selecciono cuidadosamente cada hoja. Además, para mis recetas uso productos que compro a pescadores locales, quienes trabajan con prácticas sustentables con el menor impacto posible en la fauna silvestre marina. El gran amor por la naturaleza nos mantiene comprometidos en cada paso del proceso de producción, buscando permanentemente aliados que nos acompañen en este viaje culinario, como los productores de huertas orgánicas y los pescadores artesanales, apoyando además la economía local.

Invito a todos los lectores a unirse a esta aventura, a descubrir los sabores auténticos y saludables de nuestro mar. Cuidemos nuestro planeta… ¡Es todo lo que tenemos!