Laguna Cervecero, sobre la Meseta Lago Buenos Aires, en donde el macá tobiano supo desarrollar exitosas colonias de nidificación. Foto: Hernán Povedano.

Cien kilómetros de aventura en el cruce de la Meseta Lago Buenos Aires

26 de mayo de 2021 | Rewilding Argentina

Sin dudas, la biodiversidad y los paisajes del noroeste santacruceño ofrecen un potencial casi infinito para desarrollar nuevas y seductoras propuestas para los amantes del trekking, o senderismo. La iniciativa de cruzar a pie la Meseta Lago Buenos Aires —una altiplanicie basáltica que se eleva a más de 1000 metros— surgió como respuesta a la demanda creciente de nuevos desafíos entre los caminantes que llegan al Parque Nacional Patagonia.

En esa búsqueda se lanzó Pablo Agnone, intendente del parque, junto con Federico Djeordjian, quien lleva adelante la agencia de viajes “Chelenco”. Ambos comparten el interés por las actividades de montaña, teniendo siempre presente el desarrollo turístico. “En mi caso, como administrador de un área protegida, busco promover las actividades que tienen que ver con su disfrute y desarrollo» cuenta el intendente. La idea es incorporar al uso público del parque un sendero de largo recorrido que cruce la Meseta Lago Buenos Aires.

Pablo Agnone, intendente del Parque Nacional Patagonia, y Federico Djeordjian, de Chelenco Tours, emprenden la caminata de 100 kilómetros desde el puesto El Rincón, en el Portal La Ascensión del Parque Nacional Patagonia.

Fue así que comenzaron la caminata desde el “Portal La Ascensión, atravesando toda la Meseta Lago Buenos Aires hasta su margen sur, para llegar al destacamento de guardaparques en el paraje «El Sauco». Son aproximadamente 100 kilómetros. Hacer el relevamiento nos llevó dos días largos”, relata Pablo Agnone. “Fuimos explorando para conocer la viabilidad del recorrido, para que todos puedan acceder. La idea es acondicionar cinco antiguos puestos ganaderos para que sirvan de refugio, en una travesía de aproximadamente en 5 días, 4 noches, pernoctando en ellos”.

La primera sensación que surge sobre la meseta es la de estar en otro planeta, si se la compara con el paisaje que se ve al comienzo de la travesía, dominado por molles, coirones, y calafates. Sobre la meseta, en cambio, la vegetación se encuentra totalmente adaptada a la premodinante piedra, salpicada por algunas lagunas de altura. Desde allí puede admirarse el monte Zeballos, que contiene al último glaciar en altura de Sudamérica, y se obtiene una vista inmejorable del monte San Lorenzo, el más alto de Santa Cruz. En la Laguna «El Sello» es posible avistar miles de flamencos y cisnes, dependiendo la época del año.

En el Parque Nacional Patagonia es posible capturar postales atemporales, que reflejan el espíritu más salvaje e indómito de Patagonia, como la de grupos familiares de guanacos enmarcados por la vastedad del macizo San Lorenzo. Foto: Mauro Prati.

Una variable que se debe tener en cuenta es el clima, que en la región patagónica y a esas alturas es casi impredecible. «Son condiciones extremas, con fuertes vientos, bajas temperaturas y un suelo totalmente agreste, conformado por afloramientos rocosos y pequeños volcanes. Es un ambiente característico de la estepa patagónica muy interesante de conocer”, explica Agnone.

Desde la administración del Parque Nacional Patagonia se viene trabajando en un relevamiento que busca ampliar los circuitos y sus servicios, con instalaciones acordes y personal capacitado. «El Rincón”, “El Huevo”, “La Gaucha”, “Méndez” y “El Sauce” son los puestos que pudieron relevarse. La idea es equiparlos con calefacción de combustión lenta, mantener las cocinas económicas que existen, y hacer trabajos de mantenimiento de aberturas y techos, entre otras tareas. El objetivo: que tengan una misma fisonomía, para que la gente pueda identificarlos y acceder a ellos, con pautas similares a las de un refugio de montaña tradicional.

En 2020, se logró conformar un grupo de guías, en conjunto con la Fundación Rewilding Argentina. Una vez consolidado el circuito, la idea es contar con guías que puedan acompañar a la gente, empleando mano de obra local calificada, y así aprovechar este recurso natural y cultural que resguarda el Parque Nacional Patagonia. La fragilidad del ambiente no permite desarrollar actividades de forma masiva. Por ello, se piensa en grupos reducidos, no mayor a diez personas, con el acompañamiento de un guía que vele por las condiciones de conservación de la flora, la fauna, y los vestigios arqueológicos que se hallan sobre la meseta.

El macizo San Lorenzo se impone en el horizonte desde la vista sur de la Meseta Lago Buenos Aires. En el futuro, se espera que este fabuloso trekking llegue hasta el Parque Nacional Perito Moreno, que protege a este pico, el más alto de Santa Cruz. Foto: Franco Bucci.

La segunda etapa de este ambicioso proyecto contempla unir este circuito con el Parque Perito Moreno, atravesando y conociendo la zona del Lago Posadas e ingresando al parque por la zona del Lago Belgrano. Eso podría insumir unos 15 días, una experiencia fabulosa para desarrollar en verano.

La apuesta está hecha para que el desafío de cruzar la emblemática Meseta Lago Buenos Aires se convierta pronto en un destino infaltable en la comunidad de senderistas. La pandemia no constituye ningún obstáculo para ello. Y, además, tiene un enorme valor agregado: “Es una alternativa muy interesante que sumará al desarrollo turístico de la región, con un impacto positivo en las comunidades vecinas al Parque Nacional Patagonia”.

PERFIL DEL AUTOR

Fundación Rewilding Argentina

Trabajamos para revertir la crisis de extinción de especies.