Foto: Matías Rebak.
“Malevo”, el primer aguará guazú monitoreado con tecnología GPS en Argentina
30 de mayo de 2021 | Augusto Distel
Con el objetivo de conocer más acerca del aguará guazú, comenzamos un proyecto de monitoreo satelital de la especie en el Parque Iberá (Corrientes) que permitirá estudiar su comportamiento social y reproductivo, el tamaño de sus territorios, uso del hábitat, desplazamientos y alimentación. Si bien existen estudios previos realizados sobre la especie, los registros e información son escasos y, en muchos aspectos de la vida del aguará, poco precisos.
A finales de septiembre de 2020 realizamos con éxito la captura de un aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) en la reserva Rincón del Socorro, en el Parque Iberá. Se trata de un macho adulto de unos 3 o 4 años de edad, que bautizamos “Malevo”.
Después de varios meses de trabajo de monitoreo con cámaras trampa, pudimos conocer cuál es el territorio que utiliza este animal. Esta información nos permitió colocar una jaula trampa con el fin de capturar al individuo sin que sufra daño. Tras su captura, Malevo fue anestesiado, se le tomaron muestras para posteriores análisis sanitarios y se le colocó un collar de monitoreo con tecnología GPS —utilizada por primera vez en esta especie en Argentina— que permite detectar su ubicación varias veces en el día y enviar los datos al equipo de monitoreo.
Augusto Distel y el equipo de rewilding en la reserva Rincón del Socorro, en el Parque Iberá (Corrientes), durante el proceso de colocación de un collar con tecnología GPS en un aguará guazú por primera vez en Argentina. Foto: Matías Rebak.
El aguará guazú es el mayor de todos los cánidos que habitan Sudamérica, y a pesar de contar con una amplia distribución, que incluye Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil y Argentina, la especie se encuentra categorizada como “casi amenazada” a nivel internacional y como “vulnerable a la extinción” en nuestro país. Se trata de un animal de gran porte, considerado omnívoro generalista, ya que dentro de su dieta incluye peces, mamíferos de pequeño y mediano porte, aves, reptiles, anfibios, insectos, frutos, semillas y raíces. Prefiere zonas de pastizal alto, inundables o no, aunque se los puede encontrar también en sabanas, arbustales y bosques abiertos. Si bien prefiere las horas de la noche para cazar y desplazarse, puede encontrárselo activo en cualquier momento del día.
Contar con un collar GPS con conexión satelital nos permite conocer de manera fiable los movimientos diarios de Malevo. Si bien se conoce a los aguarás guazús por ser solitarios, en realidad suelen vivir en pareja, compartiendo —o no— su territorio durante el año, y mostrando un acercamiento más marcado en las épocas reproductivas, que ocurre entre los meses de abril y junio. Además, entender cómo se comporta Malevo nos permite replicar el aprendizaje en otros individuos y conseguir más información útil sobre la especie.
Foto: Rafael Abuin.
En la actualidad, es común encontrarse con rastros (huellas y fecas) e incluso oír vocalizaciones de aguarás que se desplazan dentro y fuera del Parque Iberá. Debido a que es una especie que camina grandes distancias utilizando terrenos de difícil acceso para el humano, como pastizales, sabanas y montes abiertos, es fundamental contar con estas herramientas de seguimiento.
Entre otros aprendizajes, Malevo nos reveló detalles de sus hábitos y comportamientos, como la frecuencia y tipos de vocalizaciones que emite. Algunas veces realiza pocas vocalizaciones (no más de 5) que creemos que usa para llamar a otro ejemplar. Otras veces realiza muchas más (hemos contado hasta 22), que creemos las usa para marcar territorio. Su área de acción estimada es de unos 30 km² y sus largos desplazamientos han cubierto hasta 7 km en un solo día, donde se lo ha registrado a menudo en compañía de su pareja, con la que comparte un mismo territorio. Los sitios donde prefiere descansar son pajonales bien tupidos de paja colorada y amarilla con presencia de tacurúes (hormigueros). Durante los días de tormenta con lluvia fuerte, Malevo no se desplaza, y permanece refugiado en el pastizal durante el día y la noche.
Un dato notorio es la ausencia de semillas o restos de frutos en sus fecas, a diferencia de la de otros individuos, en donde abundan. En el caso de Malevo, sus fecas contienen mayor cantidad de huesos, pelos, plumas e insectos. En este sentido, cabe destacar la importancia y el rol de la especie dentro de los diversos ambientes que utiliza. Como depredador, controla las poblaciones de animales de mediano y pequeño porte, a su vez que cumple el rol de dispersor de semillas, tanto de aquellas que quedan en su pelaje como de las que consume y elimina.
En el corto plazo, esperamos seguir colocando collares con la misma tecnología a diferentes individuos para ampliar conocimientos y adquirir experiencias sobre la especie, que puedan ser útiles para cuidar y proteger de una manera más activa y eficaz al maravilloso y enigmático Aguará Guazú.
Publicamos esta historia en el Boletín 9 de Fundación Rewilding Argetina. Leelo completo aquí.
PERFIL DEL AUTOR
Augusto Distel
Coordinador de los Proyectos de Reintroducción de Especies en Rincón del Socorro, Parque Iberá.
Augusto trabaja en Fundación Rewilding Argentina desde el año 2018. Es responsable de coordinar los trabajos de reintroducción de especies en Rincón del Socorro (Parque Iberá, Corrientes) los cuales incluyen al venado de las pampas, oso hormiguero gigante, pecarí de collar y chuña de patas rojas. También se encarga de coordinar los trabajos de planificación y realización de quemas prescriptas y de control de exóticas invasoras (cerdo cimarrón, ciervo axis, paraíso y ligustro).